NOS FUIMOS DE COMIDA CON LA AURORA

Os dejo una gran crónica de nuestro compañero Clemente. Que buen pregonero sería de la Aurora cualquier último sábado de Cuaresma. No se puede poner ni más cariño ni más arte.

Sol radiante,

como la Aurora de la mañana,

como Virgen Coronada

como luz de madrugada.

Esta era la sensación, era el hormigueo, el sentir de quienes acudimos un año más, bajo un sol de justicia, al pantano del Cubillas. Comida de la Hermandad de la Aurora, que de nuevo se acuerdan de "su banda" para compartir un rato festivo tras un largo año en lo cofrade y en lo musical.
Una sensacional temperatura para un día de campo, para en lo gastronómico, picar en los entrantes, de esos productos tan andaluces derivados del "patero mayor" sin el cual no se entiende esta Andalucía; y es que, hasta los andares son provechosos.

Y si hablamos de un domingo en España, ¡pues qué quieren que les diga!, ¿quién no come "un arroz", un domingo alrededor de la mesa con la familia?

Esa era la intención de la Hermandad, hacer de todos una familia, y juntar a cada uno de los hermanos que conforman la cofradía y la procesión.

Y este año salió un arroz de coronación. Vamos, que hasta tenía color "Corona Borreriana", ese doraito que parece que se le quita al sol, ese tinte mañanero que cae del cielo al “cacerolón”, para darle durante un largo rato, una chicotá costaleril de costero a costero, alguna que otra "levantá" a "pulso aliviao", y mezclar el perfume de los pinares con aromas de "incienso arrocero", mientras sonaba “enlatada” alguna que otra marcha armillera ....así salió.... todo un deleite para los sentidos, y para el estómago.
Si a todo esto sumamos el cariño con el que todos los componentes de la banda somos tratados y si le añadimos los constantes videos de la Coronación, que recordamos en una pantalla de 42 "costaleros" por lo menos, pues ya tenemos otro día en lo cofrade, otro Jueves Santo, pero en otra salsa distinta, en otro contexto diferente, en otro espacio- tiempo particular diferente y distendido.... y esta vez sin agua que caiga del cielo, que ya nos duchamos bastante en su día; aunque alguno que otro (pues siempre hay un gracioso/a que da la nota aunque no tuviese el clarinete a mano, claro) se dedicara a helar los cuerpos con el hielo de los cubos cerveceros.
(Esperamos que nadie haya cogido un constipado, sigue habiendo ensayos y conciertos y no nos vale esa excusa).
Aunque algo extraño respecto al año pasado sucedió. Parece que el bingo pasó a mejor vida (no fuera que los de la banda de Armilla se llevaran de nuevo el pastón del año pasado), pero aún así nos invitaron de nuevo (por algo será). Esta vez hubo sorteo de fotos, para seguir recordando el mes de mayo.
Si otros años nos acogieron con cariño, con alegría y con un buen ambiente, este año si cabe, más. Nos sentimos uno más, nos sentimos parte de la Cofradía, parte de la Hermandad.

Cuando hay tan buena sintonía, es normal que las cosas salgan bien, que el factor humano se convierta en la letra del papel que se pretende firmar o en la interpretación de la partitura, que por el calor del corazón suena a campana celestial en tarde de coronación.

Nos sentimos ese último varal, esa última hilada del bordado del manto, esa caída trasera del palio, esa última gota de cera que cae en una “levantá”, esa última curva de los faroles de cola….pues sí, los últimos de la procesión. La banda. Pero formamos parte de la cofradía, somos la música del palio.

Y así nos los agradecen ellos, así nos valoran y nosotros, por su manera de ser, por su trato afable y cercano, también lo valoramos y desde aquí un año más, ¡¡GRACIAS AUROROS!! por acordaros de nosotros.
En definitiva, un día y una comida …..”GUAPA, GUAPA Y GUAPA.”

Fdo: Clemente Maillo