Con los ojos llenos de lágrimas, como si fuera la lluvia sobre el mar en un día de primavera, a los sones de Encarnación Coronada de Abel Moreno y el Ave María en los labios. Así terminó un inolvidable día para los residentes de la Residencia del Perpetuo Socorro de Santa Fe.
La Banda de Armilla pudo disfrutar el domingo 4 de marzo de 2012, de un emotivo encuentro con nuestros mayores en este período cuaresmal. Porque la música en este caso también debe ser un vehículo más, que permita llevar felicidad y emociones a quienes menos oportunidades pueden tener. Labor social realizada por la Asociación, que sin duda estuvo más que agradecida, por la simple sonrisa o la alegría de quienes nos escucharon. Y satisfechos como colectivo, por la disposición de cada uno de los compañeros que formamos la banda de participar en este tipo de actividades que tanto bien hacen en nuestra sociedad.
Después de las agradecidas palabras del director de la Residencia, y de la ambientación en la pronta celebración santa, Manolo Lasala, quien fuera capataz de la Virgen de las Maravillas, introdujo y explicó cada una de las marchas que sonaron, esta vez, en honor a nuestros mayores.
Comenzó el concierto con unas palabras de agradecimiento hacia la Banda por parte del Director de la Residencia, considerando todo un lujo que la Asociación Musical San Isidro hiciera un hueco en su agenda de conciertos, acudiendo a la llamada de la Residencia, para que los más mayores sintieran la pronta celebración de la Semana Santa. Concierto que venía a completar la visita que cada año, en el Domingo de Ramos, realizan a la Iglesia del Perpetuo Socorro de Granada, donde tienen la oportunidad de observar los pasos de la “Burriquilla” y de la Virgen de la Paz antes de su salida penitencial.
Seis fueron las marchas que interpretamos, en su mayoría clásicos del género cofrade, para terminar con la Marcha Real:
Después de las agradecidas palabras del director de la Residencia, y de la ambientación en la pronta celebración santa, Manolo Lasala, quien fuera capataz de la Virgen de las Maravillas, introdujo y explicó cada una de las marchas que sonaron, esta vez, en honor a nuestros mayores.
Comenzó el concierto con unas palabras de agradecimiento hacia la Banda por parte del Director de la Residencia, considerando todo un lujo que la Asociación Musical San Isidro hiciera un hueco en su agenda de conciertos, acudiendo a la llamada de la Residencia, para que los más mayores sintieran la pronta celebración de la Semana Santa. Concierto que venía a completar la visita que cada año, en el Domingo de Ramos, realizan a la Iglesia del Perpetuo Socorro de Granada, donde tienen la oportunidad de observar los pasos de la “Burriquilla” y de la Virgen de la Paz antes de su salida penitencial.
Seis fueron las marchas que interpretamos, en su mayoría clásicos del género cofrade, para terminar con la Marcha Real:
- Esperanza Macarena, de Pedro Morales
- Capataz Gaditano, de Claudio Gómez
- Hermanos Costaleros, de Abel Moreno
- Aires de Triana, de Emilio Sigüenza
- La Madrugá, de Abel Moreno
- Encarnación Coronada, de Abel Moreno
Domingo de luz. Soleado. Como el brillo de la plata del paso de palio de las Maravillas en el Domingo de Ramos; como el resplandor del paso de
Y desde este blog queremos dar las gracias por la oportunidad brindada a los 57 miembros que acudimos a poner lo mejor de nosotros mismos en cada partitura, por la experiencia, el cariño y la acogida que tuvimos (incluido el detalle de contar con un refrigerio para mitigar el calor de la mañana).
Delante de nosotros no nos encontramos ni valares, ni palio, ni cera, ni flor, ni ninguna Titular a quien tocamos con devoción. Nos encontramos la sabiduría de la vida, la realidad de los años y el mimo de quienes trabajan con devoción con nuestros mayores. Son quienes necesitan de nuestra música, son los Cristos y Vírgenes vivientes de nuestra realidad, que bajan del lujo de los pasos a la naturalidad del día a día. Ellos son quienes se merecen nuestras notas, nuestras melodías en forma de atención, cariño, respeto y dedicación.
El domingo no fuimos tras ningún palio de Andalucía “enjugando” las lágrimas de ninguna Virgen; pero si fuimos la banda sonora de los Cristos de nuestro tiempo, convirtiéndose nuestras partituras en los pañuelos que enjugaron las lágrimas de los rostros anónimos y cercanos de los residentes.
Domingo soleado…. y nos fuimos con la luz de una sonrisa en los labios.
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